Mariscales del Tercer Reich

La historia de todos los mariscales de campo de la Alemania nazi: Rommel, Paulus, Von Manstein, Dönitz...

¿Quiénes fueron los mariscales del Tercer Reich? ¿Qué cualidades se necesitaban para ostentar el bastón o marschallstab? ¿Qué beneficios tenía ser un generalfeldmarschall? El nombramiento de un mariscal era potestad de Adolf Hitler y se basaba en méritos militares, políticos… o en mero oportunismo. Si durante la Primera Guerra Mundial el Kaiser solo designó a cinco oficiales (excluyendo ascensos honorarios a miembros de familias reales y oficiales extranjeros), el Führer ascendió a tal rango hasta un total de veintiocho: 9 del Heer, 6 de la Luftwaffe, 2 de la Kriegsmarine y el honorífico von Böhm-Ermolli. Algunos pasarían a la inmortalidad militar como Erwin Rommel (el famoso Zorro del Desierto), Walther Model (quizá el oficial más habilidoso de la Wehrmacht), Erich von Manstein (uno de los militares alemanes más respetados y admirados) y otros de infame recuerdo como Friedrich Paulus (el responsable del 6.º Ejército durante la batalla de Stalingrado). Estos señores de la guerra tuvieron a millones de hombres a sus órdenes y sus consignas decidieron el rumbo de la contienda. Ampliamente condecorados se convirtieron en la espina dorsal de las grandes operaciones de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial atreviéndose, algunos, a cuestionar la intromisión del propio Hitler.

Ataque de Pearl Harbor, El

El ataque de Pearl Harbor El 7 de diciembre de 1941 la aviación japonesa atacó por sorpresa la base naval de Pearl Harbor en Hawái, donde se concentraba la flota de guerra norteamericana del Pacífico. Los buques de guerra anclados en el puerto fueron blanco fácil para los más de trescientos aviones de guerra japoneses que participaron en el ataque. Los norteamericanos sufrieron 3,400 bajas con 2,300 muertes. El ataque dañó seriamente el poder naval y aéreo norteamericano en el Pacífico. Sin embargo, esta agresión galvanizó al pueblo norteamericano y el presidente Roosevelt consiguió que, al día siguiente, el 8 de diciembre de 1941, el Congreso aprobara la declaración de guerra contra Japón. Con la entrada en el conflicto de la potencia norteamericana, el equilibrio de poder entre los Aliados y el Eje cambió para siempre y el dominio del Imperio del Sol Naciente en el continente asiático y en el océano Pacífico se tambaleó. Esta obra colectiva, con artículos de periodistas militares y expertos historiadores, profundiza en diferentes aspectos de uno de los acontecimientos que perfilaron y cambiaron el rumbo la Segunda Guerra Mundial. La modernización del Japón Meiji, los perfiles de los protagonistas del acontecimiento, los precedentes, el desarrollo de las acciones bélicas, los juicios de Tokio o las consecuencias últimas del ataque. Todos los aspectos de este complejo episodio son analizados en estas páginas.

Blitz. La batalla de Inglaterra, El

El Reino Unido bajo los bombardeos de la Luftwaffe

Se conoce como Blitz a los bombardeos realizados en el Reino Unido por parte de la Alemania nazi, llevados a cabo entre 1940 y 1941 durante la Segunda Guerra Mundial. Unos bombardeos que, si bien tenían como objetivo destruir la Real Fuerza Aérea Británica (RAF), no pasaron por alto centros civiles o industriales una vez que la RAF atacó Berlín. ¿Por qué la RAF sobrevoló Berlín lanzando bombas? ¿Cuáles fueron las órdenes y quiénes las dictaron en ambos bandos? ¿Era la destrucción de la RAF el único objetivo que perseguían Hitler y Göring? Descubrir el papel que jugaba Gran Bretaña en los planes del Fürher, el que a su vez jugaron Churchill y la familia real británica, la ocupación de las islas del Canal, la amenaza que suponía Japón para el Imperio, la planificada invasión alemana de Irlanda o el vital descubrimiento para la victoria aliada del malogrado Alan Turing son tan solo algunos de los episodios que dejarán sin aliento al lector de este libro. Una obra, escrita por grandes expertos en la Segunda Guerra Mundial, que plantea nuevos interrogantes abriendo puntos de vista hasta ahora ignorados.

Médico de Auschwitz, El

La verdadera historia de Józef Bellert, el médico que organizó un hospital para casi cinco mil personas en Auschwitz, el mayor campo de exterminio del mundo

Enero de 1945. Hay 4.800 prisioneros en Auschwitz-Birkenau. Sus condiciones de degradación física no permiten enviarlos al oeste para retornarlos luego a sus lugares de origen. Las tropas soviéticas irrumpen entonces a tal velocidad en el campo de exterminio que los hombres de las Schutzstaffel (SS) solo consiguen volar parte de las cámaras de gas y matar a un puñado de supervivientes para no dejar testigos de lo que allí sucedía. El 5 de febrero Józef Bellert, con un grupo de unos treinta médicos y enfermeros de Cracovia, se encamina a Auschwitz. Durante ocho meses, el doctor Bellert dirige el que muy probablemente fue el hospital de campaña más grande de Europa. A pesar de la falta de alcantarillado y la escasez de agua, alimentos y medicinas, Bellert y sus asistentes dedicaron todos sus esfuerzos a los presos liberados. ¡Son cerca de 5.000 hombres desahuciados para la vida! Los pacientes pesan entre 25 y 30 kilos. Sufren de fiebre tifoidea y tuberculosis, diarrea por hambre, edemas y escaras en su piel. Además de las enfermedades, Bellert debe hacer frente al temor de un montón de hombres y mujeres que se aterrorizan ante quienes visten batas y utilizan jeringas como herramientas de trabajo. Los buenos médicos son asociados a las inyecciones de fenol con las que los alemanes mataban a los prisioneros enfermos. Pero, aunque sea difícil de creer, a pesar de aquellas condiciones, 4.400 hombres y mujeres recuperaron su salud y su vida. Józef Bellert fue un héroe silencioso, cuya biografía contiene varias personalidades. Fue conspirador del PPS (Pacto Alemán-Soviético, que permitió a los alemanes invadir Polonia sin la intervención rusa); soldado de las Legiones y médico de la brigada de Piłsudski; activista social e independentista; soldado en septiembre de 1939 e insurgente de Varsovia. Pero “solo” fue reconocido como un modesto médico del distrito de Pińczów.

Guerra del vino, La (N. E.) (Bolsillo)

Los franceses, los nazis y el tesoro más grande de Francia

«Este libro narra la curiosa historia de cómo los franceses emplearon la misma tenacidad en salvar sus grandes vinos de los nazis, que la utilizada para salvaguardar los tesoros del Louvre. Una narración increíble.» Dominique Lapierre, autor de La ciudad de la alegría y coautor de ¿Arde París?

La notable y jamás contada historia de los valerosos e inteligentes viticultores franceses que, durante la Segunda Guerra Mundial, protegieron y rescataron del saqueo alemán el producto más afamado del país. En 1940, Francia cayó ante los nazis y el ejército alemán inició casi inmediatamente una campaña de pillaje de uno de los bienes más queridos para los franceses: su vino. Como tantos otros de la Resistencia francesa, los viticultores se movilizaron para oponerse a sus ocupantes, pero la narración de sus extraordinarios esfuerzos ha permanecido casi ignorada hasta ahora. La guerra del vino cuenta la historia, entre emocionante y horripilante, de los productores franceses de vino que tomaron medidas ingeniosas y osadas para salvar sus queridas cosechas y botellas, a medida que los alemanes cerraban el cerco a su alrededor.

Día D

La historia jamás contada

La II Guerra Mundial convirtió Europa en una pesadilla. Detener al ejército nazi no era solo cuestión de vida o muerte para los integrantes de las fuerzas aliadas: estaba en juego todo un modo de comprender el mundo y la vida. El Día D dibujó el fin de lo que pudo ser la hecatombe de la Humanidad. Puede decirse que, el 6 de junio de 1944, el omnímodo poder con que la Alemania nazi hostigaba a la vieja Europa comenzó por fin a tambalearse. Llegó el Día D, un término militar utilizado para designar el primer día de cualquier operación. Tropas aliadas de Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Francia, entre otros países, orquestaron un contundente ataque al ejército alemán, en la costa del norte de Francia. La fecha marcada en el calendario era el día previo, el 5, pero las malas condiciones climáticas provocaron que la operación se retrasase una jornada entera. A primera hora, varias divisiones de paracaidistas aterrizaron detrás de las líneas enemigas, mientras miles de barcos se reunían frente a las costas de Normandía, al tiempo que los nazis asistían al despliegue convencidos de que se trataba de meras maniobras de distracción. A lo largo de esta obra, se ha hilado finamente para relatar, paso a paso, lo sucedido, dejando caer algunos ídolos si es necesario, con el propósito de que los protagonistas que combatieron se perciban como lo que eran: personas de carne y hueso que vivieron un antes y un después en la historia del mundo contemporáneo.

Eso no estaba en mi libro de la Guerra del Pacífico

¿Sabía que la ocupación militar del Imperio japonés en Indonesia dejó cuatro millones de muertos a causa de las acciones armadas y la esclavitud?, ¿y que, en una diminuta porción de Alaska, invadida por Japón, se efectuó una feroz carga suicida banzai? Episodios tan desconocidos como estos son los que el lector podrá encontrar en el presente libro, pero no los únicos, pues se abordarán, también, muchos otros como las acciones de los «minisubmarinos nipones» a los puertos de Madagascar y Australia, el genocidio de la etnia karen, la fuga de una partida anglo-china desde Hong Kong liderada por el célebre almirante Chan Chak, la trágica expulsión de las minorías niponas de Manchuria en 1945, la venganza sobre las provincias chinas de Zhejiang y Jiangxi tras el «Raid Doolittle», la presencia de antifascistas italianos en Birmania, la resistencia del Movimiento Libre Tailandés o el poco estudiado holocausto de los judíos en Asia con el Gueto de Shangai, e incluso la increíble aventura de unos marineros de la Armada de Estados Unidos, a nada menos que el desierto del Gobi. La Segunda Guerra Mundial en Asia no se redujo a Pearl Harbor, las bombas atómicas o los marines norteamericanos dando «saltos de rana» de una isla a otra. Al mismo nivel que el Frente Oriental en la Unión Soviética, la Guerra del Pacífico fue el teatro de operaciones más devastador y sangriento que abarcó un amplio espacio geográfico a lo largo de China, Micronesia, Insulindia, Birmania, India, Mongolia e incluso las costas septentrionales de Norteamérica.

Biografía no autorizada de la Segunda Guerra Mundial

Biografía no autorizada de la Segunda Guerra Mundial reconstruye y saca a la luz piezas de la verdad hasta ahora olvidadas u ocultas por conveniencia, como las fuertes dudas de los Aliados sobre el supuesto suicidio de Hitler en el búnker de Berlín el 30 de abril de 1945. A la luz de una serie de documentos muy delicados y poco conocidos que reorganizó meticulosamente, Pizzuti demuestra cómo la gran industria y el sistema bancario de los Estados Unidos apoyaron concretamente la carrera armamentista del criminal régimen nazi, tanto que incluso la revista Time le dedicó al Führer la portada como hombre del año en 1938. Pero no es la única verdad incómoda que revela este libro: Dunkerque no fue una victoria para los británicos y los franceses, sino una desastrosa elección estratégica de Hitler; antes del ataque alemán del 22 de junio de 1941, Stalin había elaborado un plan secreto para invadir Europa; del mismo modo, el ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor fue engañosamente provocado por la administración de Estados Unidos… Pero el último capítulo es el más impactante, en el que Pizzuti recuerda el bombardeo inútil que destruyó Dresde, la desaparición de un millón de prisioneros alemanes en los campos de concentración aliados, las 240 000 mujeres alemanas violadas por los soldados del Ejército Rojo y otros crímenes atroces cometidos por las tropas de liberación contra los civiles liberados.