Último Picasso, El
Un volcán que nunca se apaga
Durante los últimos seis años de la vida de Pablo Picasso, Roland Dumas fue su abogado y su amigo. Más allá de esta relación íntima, Picasso también le encomendó la misión de supervisar el destino del Guernica tras su muerte, en particular el traslado del cuadro a España cuando las condiciones políticas fueran las adecuadas. Conocedor de la vida privada del artista que había depositado en él toda su confianza, Dumas conserva numerosos recuerdos de esa época, anécdotas inéditas y abundante documentación. Por primera vez, el historiador del arte Thierry Savatier tuvo acceso a todos los archivos de Roland Dumas sobre Picasso. Durante sus conversaciones, los dos autores se acercan al genio a través de la obra del artista, la gestación del Guernica y la abundante creación de los últimos años. Estos diálogos revelan también aspectos menos conocidos, como la relación de Picasso con los maestros del pasado y sus contemporáneos, sus opiniones políticas, el lugar a menudo controvertido que ocupó su última esposa, Jacqueline, los procesos en los que estuvo involucrado o los tumultuosos episodios de su sucesión. De estos intercambios entre un historiador y un gran testigo surge el perfil, a veces inesperado y siempre fascinante, de El último Picasso. «Nonagenario de erotismo adolescente, hombre imprevisible que quemaba sus naves para iniciar nuevos caminos, este libro desvela los aspectos más sorprendentes del último Picasso, que hasta en sus años finales reinventaba la pintura». Ada del Moral. «Su tradición fue la vanguardia; desde el centro de su particular ruedo ibérico, impuso su visión que desbordó los límites del arte y se fundió con la vida, transformando nociones y conceptos a cada trazo. Este es el testimonio excepcional de los años finales de un mito capaz de aunar lo popular y lo exquisito». Javier Rioyo.
Ensayos en espiral
Ensayos en espiral es un libro vasto. Es una estancia grande y bien iluminada, con candiles soberbios y una mesa bien puesta que está llena de puertas que conducen a otras estancias y candiles, como en un infinito borgeano. Los textos que componen este libro podrían estar en los Anales de Estética de cualquier instituto de investigación. Pero el autor es generoso y quiere compartir su conocimiento, buscando lectores afines, para obsequiarnos sus hallazgos y no quedarse engolosinado con sus descubrimientos y reflexiones.
Eso no estaba en mi libro de cine de terror
¿Sabías que el Joker se inspiró en un personaje de una de las primeras películas de terror, rodada en 1927? Pocos años antes, Nosferatu había helado la sangre de un impresionable público que creyó que su protagonista, Max Schreck, era un vampiro real. Pocos conocen que Ed Wood, el padre de la serie B, solía travestirse, y que su cine inspiraría la popular saga de zombis Resident Evil. Grandes actores y cineastas coquetearon con un género denostado durante años, como Jack Nicholson, protagonista de la peor película de terror de la historia, o Stanley Kubrick, quien estuvo a punto de dirigir El Exorcista. Cine y terror siempre han ido de la mano. Y ya no hablamos del pavor que causó tal milagro técnico entre algunos espectadores de principios de siglo pasado —esto de verdad ocurrió—, sino de nuestra inclinación hacia las historias que nos fascinan y aterran, aquellas que desde los albores de la Humanidad se han susurrado frente a la vacilante luz de una hoguera y que, llegado el momento, dieron el salto a la gran pantalla para seguir ejerciendo su poderoso influjo. Desde el expresionismo alemán del cine mudo hasta el vanguardista Elevated Horror, pasando por los monstruos de la Universal, la serie B, el género de posesiones demoníacas de los 70, las criaturas de videoclub de los 80, el revolucionario «found footage» o el impactante terror japonés. Un siglo de curiosidades para sumergirse en las profundidades del fenómeno cinematográfico por excelencia, de la mano de uno de los mayores expertos y amantes del terror.
Colores simbólicos, Los
En la Antigüedad, la Edad Media y en los tiempos modernos
Este breve tratado sobre el simbolismo tradicional de los colores, escrito de un modo puntilloso y exhaustivo, es uno de los pocos disponibles en una lengua del mundo occidental. Su fundamento teórico consiste en el concepto de que todo lo manifestado procede esencialmente de un principio metafísico y expresa la realidad según su orden de existencia. También los colores obedecen a esta ley y, respecto a su grado específico, encajan en la unidad principal. El simbolismo del color es un modo de expresión universal que ha atravesado culturas y religiones, desde la India hasta China y Persia. Este importante elemento de la iconografía se encuentra en los templos de Egipto, los monumentos de Grecia y Roma, y luego en la Edad Media y las vidrieras de las catedrales góticas. Los libros sagrados, desde los textos védicos hasta la Biblia y el Corán, recurren constantemente al simbolismo del color. Frédéric du Portal recorre con detalle el viaje de los colores simbólicos a través de los siglos, y su extensa investigación le ha llevado a la convicción de que «los colores tenían el mismo significado entre todos los pueblos de la alta antigüedad». Basándose en una exhaustiva documentación, Portal explica los principios y leyes que rigen el lenguaje de los colores. Un libro fascinante, que invita a la reflexión y que sigue siendo una referencia para artistas y estudiantes de Historia del arte.
Iconografía del gótico
Historia / Patrimonio / Arte / Simbología / Religión / Tradición / Cultura
¿Cuáles son los misterios escondidos detrás de la representación del nacimiento de Jesús en los belenes contemporáneos? ¿Se llevaron a cabo en la Edad Media festividades desenfrenadas y juegos de pelota en las mismas catedrales que hoy admiramos por su esplendor arquitectónico? ¿Qué relaciones iconográficas vinculan a Jesucristo con personajes como Moisés y Alejandro Magno? Si en sus orígenes el término «gótico» se usaba para describir un «arte de bárbaros» porque se apartaba de la estética clásica, a partir del siglo XIX hasta la actualidad la visión cambió radicalmente. Esta corriente artística no solo nos brinda una visión del Medievo cristiano, cargado de simbolismo bíblico, sino que también revela sorprendentes similitudes con nuestra época: desde el egocentrismo hasta las supersticiones, pasando por el humor y las narrativas protagonizadas por bestias fantásticas. A través de una prosa erudita y asequible, esta guía divulgativa nos descubre los secretos de la iconografía gótica, desvelando cómo cada detalle alberga un mensaje metafórico que trasciende lo puramente visual. Carlos Taranilla nos invita a apreciar las catedrales góticas europeas como obras maestras del arte y símbolos vivientes de la búsqueda espiritual y la creatividad humana. Con Iconografía del gótico, el lector emprende un fascinante viaje a las profundidades de la mente medieval, donde la imagen no solo supera a las palabras, sino que encierra un universo completo de sabiduría y significado. «Estoy segura de que esta obra fascinará a quien la lea, tal y como me ha ocurrido a mí, al adentrarse en los misterios que acompañan a cada elemento arquitectónico, a cada escultura, a cada pliegue del manto o la sonrisa de esculturas de vírgenes, apóstoles o fieros animales». Del prólogo de Ester Muñoz de la Iglesia, diputada nacional por León.
Grandes maestros del cine, Los
El cine, afirma Juan Cobos, es el arte de nuestro tiempo. Ha crecido junto a nosotros, lo que acrecienta su enorme influjo. Por eso hoy, ya en el siglo XXI, nadie cuestiona lo que los grandes maestros del cine han aportado a nuestro imaginario; nadie rebate que las películas que filmaron han contribuido de manera decisiva a ensanchar el acervo cultural de las sociedades modernas. En sus muchos años de brillante ejercicio profesional, Juan Cobos tuvo la ocasión de compartir con esos maestros conversaciones que son en la actualidad un tesoro de inapreciable valor para los historiadores, así como para las nuevas generaciones de cinéfilos. Se aprende cine viendo cine, sin la menor duda, pero también escuchando y leyendo a esos grandes narradores que fueron capaces de sentar las bases del arte cinematográfico, de dotarlo de rasgos que lo han convertido en un medio fascinante y privilegiado para plasmar las inquietudes y anhelos más profundos del ser humano. En este libro se dan cita muchos de esos grandes maestros, y de las más diversas latitudes y tendencias: Orson Welles, Alfred Hitchcock, Federico Fellini, Buster Keaton, Michelangelo Antonioni, George Cukor, entre otros muchos nombres, sin olvidar a nuestros también inmortales Berlanga, Saura, Erice o el gran Luis Buñuel. Con todos ellos el autor departe desde la cercanía que brinda el aprecio a un lenguaje común, a un legado universal cuya vigencia resulta de todo punto incontestable. «La verdad es que me habría gustado ser mucha gente –Di Stéfano, Bob Dylan, Billy Wilder, Bradbury…– a lo largo de mi vida. Buscar Freud, capítulo I. Pero a lo que voy. Cuando tenía quince y dieciséis años me hubiera cambiado por Juan Cobos sin pensármelo dos veces». José Luis Garci. «Orson Welles quedó fascinado y agradecido, nadie le había dedicado tanto talento y conocimiento a su obra, y más tarde convertiría a Juan Cobos en algo más que un secretario, en un amigo y colaborador cercano, un confidente para muchas cosas». Eduardo Torres-Dulce.
Toros
Fundamentos y futuro de un rito ancestral
¿Quiénes, por qué y para qué defienden la tauromaquia hoy? ¿Quiénes, por qué y para qué la atacan hoy? ¿Qué hay detrás de ambas posturas que parecen irreconciliables? Sin juicios ni sentencias, desde una perspectiva objetiva, el presente ensayo ofrece una panorámica de quiénes intervienen en la discusión y de cómo sus intervenciones afectan incluso a quienes son indiferentes al asunto, abordando la cuestión desde perspectivas filosóficas, culturales, históricas y económicas y desde la ciencia, la razón, la evidencia y el lenguaje, con especial atención a la situación de la tauromaquia. El lector encontrará en este ensayo de la mexicana Fernanda Haro Cabrero los antecedentes de la polémica en torno a lo taurino, que es tan antigua como la propia tauromaquia, su origen, desarrollo y situación actual, la manipulación y deformación del lenguaje en torno a si se trata de una realidad cultural o es un ejemplo más de tortura animal y en conexión con la cultura de la cancelación, la autocensura, el veganismo, el animalismo o la superioridad moral como insumos de capital político rentable, desmontando mitos y cotejando evidencias, algo tan necesario en la era de la desinformación. «La fiesta brava no puede descifrarse de manera lógica, sino que debe conservar su misterio esencial para conmovernos. Cuando se analiza, quedan fragmentos, migajas que no hacen justicia al todo al que pertenecieron alguna vez. La faena es una propuesta de una poética de la existencia, es una afirmación de la vida, donde el peligro no desaparece, muy al contrario, se muestra y nos encuentra bien plantados, dispuestos a superar el miedo y a exponernos por un instante de belleza».
Historia informal del cine musical
De “El cantor de jazz” a “La, La, Land”
Entre los más felices recuerdos que las retinas de nuestra memoria guardan de la gran pantalla, muchos pertenecen al género musical. La alegría que sentimos viendo a Gene Kelly y su sonrisa infinita saltando entre esos charcos bajo una copiosa lluvia, la viva emoción que nos invade al contemplar el baile de Cyd Charisse y Fred Astaire en aquel Hyde Park nocturno con los rascacielos al fondo en The Band Wagon, el eléctrico y sensual garaje de West Side Story o el multitudinario baile de los conductores retenidos en la autovía al inicio de La, La, Land, son a la par, fuentes de placer y belleza. El género musical es, en muchos sentidos, la quintaesencia del cine. Este libro ofrece un recorrido distendido y, a veces, irreverente, por la historia del género, plagado de anécdotas curiosas, datos insospechados y descubrimientos sorprendentes, acompañados de numerosas y hermosas fotografías de las películas.
Eso no estaba en mi libro de historia del Ballet Clásico
¿Sabías que el mismísimo rey Alfonso XIII se vio sorprendido por Diaghilev, impulsor de los Ballets Rusos, cuando éste se atrevió a decirle que ambos eran iguales porque no hacían nada? ¿O que Marius Petipa tuvo que salir huyendo de España para no volver jamás? ¿O que el bailarín Rudolf Nureyev aprovechó una gira por París para desertar de la Unión Soviética, puesto que, si regresaba a Rusia, jamás podría volver a salir del país? ¿Quedó contento Tchaikovsky con la partitura de El lago de los cisnes? ¿Influyeron las continuas infidelidades del marido de la bailarina Margot Fonteyn con el hecho de que ella no se bajara de los escenarios hasta los sesenta años? ¿Qué relación guarda Picasso con el «ballet»? ¿Cómo acabó un bailaor de flamenco autodidacta enrolado en los Ballets Rusos y encerrado de por vida en un manicomio británico? La danza nació en las cortes reales, pero el «ballet» eclosionó en pleno Romanticismo. Los espectros de unas monjas tuvieron parte de culpa, pero las zapatillas de punta, el color blanco y el tul vaporoso de los vestidos hicieron el resto. Mientras las bailarinas enseñaban más de lo permitido, hombres y mujeres acudían en tropel a ver aquel espectáculo inédito en una época en la que mostrar un tobillo podía ser delito. El morbo estaba servido. Sólo las élites llenaban los teatros, pero todas las jóvenes querían ser bailarinas. Y sus familias mataban por conseguir un puesto para ellas en las escuelas públicas. Y llegaron los Taglioni, los Petipa, Tchaikovsky, Minkus, la Fonteyn, la Pavlova, Nureyev y Diaghilev. Y lo revolucionaron todo. Y con ello, hicieron historia dentro de la historia. Detalles, anécdotas y aventuras que provocaron que el «ballet» clásico sea lo que hoy es. El lago de los cisnes, El cascanueces, La bayadera, El corsario, Giselle, La sílfide, Paquita… son títulos que en estos tiempos siguen colgando el cartel de «No hay billetes» en los mejores escenarios del mundo. Las suyas son historias que guardan incontables vivencias que merecen ser contadas. La historia del «ballet» se escribió en paralelo a la historia universal, viéndose influida por todo aquello que ocurría en el mundo. Estas páginas plantean un viaje insólito por los caminos difíciles, duros y enigmáticos, pero bellos, emocionantes y expresivos, del «ballet» clásico. ¿Bailamos?
Mano de mujer
Método y arte de la caligrafía japonesa
El hiragana es la escritura creada por las mujeres japonesas durante el período Heian para poder expresarse en su propia voz (cuando se les impidió aprender los kanji). Tras un breve repaso a la fascinante historia del antiguo Japón y el arte de la caligrafía, María Eugenia Manrique nos sumerge en el origen de esta escritura caligráfica libre y expresiva, entendida como iniciación al shodō o «camino de la escritura»; un arte que se describe como un medio para cultivar el ser interior, a través del cual se alcanza un estado meditativo de quietud mental y de encuentro y armonía con nuestro ser interior. De manera detallada, el libro muestra las indicaciones necesarias para comenzar el aprendizaje del hiragana incluyendo los modelos de los 46 kana que lo conforman y finalizando con el antiguo poema Iroha, reflejo del sentir de la impermanencia, en el cual se contienen sin repetición todas las sílabas del hiragana.
Mundo zombi. El cine de muertos vivientes
Zombi (Dawn of the Dead, 1978) se hizo célebre por sus alegóricas imágenes de muertos vivientes deambulando por un centro comercial. El paralelismo estaba claro: nosotros éramos los zombis que frecuentábamos los espacios compuestos por concatenaciones de tiendas como cuerpos sin voluntad, únicamente guiados por el dinero y el consumo. Fuimos moldeados como zombis hace mucho, cuando pusieron el dinero a pie de calle para que fuéramos de cajero en cajero a consumir, aunque no necesitáramos nada. Ahora solo tenemos que enseñar el móvil. El truco está en hacerlo cada vez más fácil. En este espléndido libro, Ramón Monedero descifra las numerosas concomitancias entre uno de los géneros cinematográficos con más adeptos y la realidad que nos circunda. El autor revisa los títulos clásicos junto a los menos conocidos, y extrae de ellos un sinfín de claves que sorprenderán al lector y que revelan un mundo zombi tan inquietante como plausible. Desde Marruecos a Yemen pasando por Egipto, desde Islandia a Hong Kong, pasando por toda Europa, la crisis suscitada por el colapso de Lehman Brothers conllevó que el pueblo se enfrentara al sistema, en muchos casos de forma violenta. De hecho, la imagen de «las fuerzas del orden» reduciendo a los manifestantes recordaba mucho una película de George A. Romero. Y no es casualidad. El cine de zombis, en general, siempre se ha estructurado en torno a esa defensa contra la masa de muertos vivientes. Lo civilizado frente a lo monstruoso… ¿O es al revés?
Pablo Picasso
Libro de las conversaciones
A los 50 años de su fallecimiento, Pablo Picasso (1881-1973) continúa siendo un referente, un sinónimo de Arte. Eugenio d´Ors finalizaba su ensayo sobre Goya con estas palabras: «Cualquier asunto parece claro, hasta el día en que se le concede un poco de estudio». Probablemente sea lo que aquí sucede cuando profundizamos en estas páginas para oír hablar al artista en primera persona a través de sus propios amigos, de los galeristas, de los críticos de arte, de los periodistas de turno que jamás saciaron su necesidad de conocer más a fondo el polifacético universo de este hombre que abarcó y estremeció toda la cultura del siglo XX. Por vez primera se recoge en la amplia bibliografía picassiana el mayor número de entrevistas y conversaciones editadas hasta la fecha (ciento treinta), la mayoría desconocidas. Y Picasso está presente en todas, incluso en sus silencios. Aquí habla el Picasso artista, pero además el ser humano: el familiar, el de su mundo privado, el comprometido con las causas… Ya lo sentenció en 1945: el artista «es al mismo tiempo un ser político, en constante alerta ante los acontecimientos del mundo, ya sean desgarradores, urgentes o agradables, moldeándose por completo a su imagen». A través de la palabra impresa, pero también del timbre de su voz grabada, tenemos ahora la sensación de abarcar más a este personaje, al menos de conocer rasgos inéditos de su vida y de acercarnos mejor a las claves, siempre controvertidas, de una ingente producción que todavía nos asombra, nos sobrecoge y perdura.
Eso no estaba en mi libro de historia del diseño gráfico
¿Sabías que el diseño gráfico es hijo de un poeta que fracasó como pintor, pero se casó con su modelo?, ¿y que la mítica Bauhaus lo instituyó como disciplina artística? ¿Cuándo la música se vistió de color para venderse? ¿Cómo llegó a parar un pingüino a la biblioteca de tu casa?, ¿te han contado que la tipografía de esos libros, que es la del logo del Gobierno de España, es obra de un pederasta zoofílico? ¿Por qué las cajetillas de Lucky Strike en «Mad Men» era blancas y no verdes? ¿Cuánto tardó en diseñarse el «I♥NY»? ¡Bienvenido a la más desconocida y apasionante historia del diseño gráfico! Entrar en ella es sumergirse en un universo infinito de luces y sombras, de colores, contornos, ideas y emociones que a lo largo de los años han moldeado el arte de la comunicación visual y, con él, nuestra forma más poderosa de pensar y transmitir. Fascinantes peripecias, asombrosas genialidades, estrepitosos fracasos y alucinantes azares se han traducido en los símbolos más icónicos del mundo del cine, la literatura, la publicidad y la empresa: ¿cómo surgieron?, ¿de dónde vienen? El diseñador Carlos Cubeiro ha investigado a fondo el trabajo de los mejores y más heterodoxos e ignorados artistas gráficos del mundo; y ha conocido a un buen número de ellos a lo largo de su trayectoria. Tras su Manual de fundamentos del diseño gráfico, ahora nos embarca en una fantástica aventura narrativa para acercarnos la revolución de la monja Corita Kent, la de Grapus o la de Carles Fontserè; para presentarnos los carteles de Saul Bass o Mac y Jano, los discos de Jim Flora y Reid Miles; para hablarnos de la primera identidad corporativa y de la que dibujó un simple tenedor; para hacernos partícipes de una historia extraordinaria del diseño gráfico, forjada a través de muchas que nadie nos ha contado y merece la pena descubrir y disfrutar.
Cine y arqueología
La arqueología en la gran pantalla
«Creía que los arqueólogos eran unos graciosos hombrecillos que buscaban momios». Así describe Willie la profesión de su compañero de aventuras Indiana Jones en la película Indiana Jones y el templo maldito. El cine de aventuras siempre fue muy popular y exitoso, basado en un voluntario afán por el entretenimiento más que por la reflexión profunda sobre la condición humana. Dentro de este género, existe un conjunto de filmes cuyo eje central es la búsqueda de un tesoro y que forma un subgénero muy específico que es el cine de Arqueología. Indiana Jones, Lara Croft, Tadeo Jones… son algunas de las principales figuras de este tipo de cine que han trascendido los marcos cinematográficos para convertirse en auténticos referentes culturales. Si bien el cine de Arqueología ha distorsionado enormemente esta profesión, es innegable su magnetismo, capaz de atraer a las salas de cine a miles de personas deseosas de viajar a lugares exóticos, encontrar un tesoro y salvar el mundo. ¿Por qué es tan atrayente este tipo de películas? ¿Cómo y por qué surgieron dentro de la historia del cine? ¿Qué es lo que dicen, o no dicen, sobre la Arqueología? En este ensayo se defenderá que el éxito del cine de Arqueología reside en una original combinación de tres elementos: el exotismo, una particular percepción del tiempo, y la centralidad del objeto y del tesoro. Basada en una filmografía de más de 280 películas, el ensayo se divide en seis capítulos, en los que se aborda, entre otros, la historia del género, la construcción del personaje arqueológico, el tesoro como elemento central del cine de Arqueología o el análisis crítico sobre el cine de Arqueología como un cine esencialmente colonialista y racista, vinculado con el propio origen de la Arqueología como ciencia a lo largo del siglo XIX. Como afirma Howard Knapp al final del filme Daughter of the sun god: ¡Bebamos por una gran aventura!
Diccionario de los símbolos
Desde la prehistoria, el ser humano ha sido un creador de símbolos, que constituyen un puente hacia sus orígenes, el cosmos y el destino. Las entradas de este Diccionario de los símbolos, selecci¬onadas del vasto repertorio en dieciséis volúmenes de The encyclope¬dia of religion, dirigida por Mircea Eliade en colaboración con Ioan Petru Couliano y redactada por destacados expertos internacionales, subrayan la emergencia y la persistencia de esta creatividad. Durante siglos, los símbolos se han vivido como portadores de un sentido capaz de romper los horizontes de los límites humanos para proyectarse más allá. Así, resulta que incluso los objetos más habituales —una llave, un tejido, un espejo, una joya— o los gestos más banales —comer, dormir, ofrecer un regalo, jugar— no son aspectos evidentes de nuestra vida: de hecho, en la historia de la humanidad se han cargado de una densidad que quizás hemos olvidado, pero que atestigua hasta qué punto la bús¬queda de sentido está impresa en las profundidades del deseo humano.
Manual de fundamentos del diseño gráfico
Fundamentos de la imagen gráfica y la comunicación visual
Años atrás, nos encontrábamos con academias que ofrecían cursos de diseño «por ordenador». La oferta era absurda y, desde luego, muy poco prometedora. Lo mismo que ser un virtuoso con las tijeras no le convierte a uno en un diseñador de moda, la computadora es sencillamente una herramienta que llegó para quedarse; pero cuyo dominio no garantiza, en lo más mínimo, nuestra competencia como diseñadores. El conocimiento del software no está ligado, en absoluto, a nuestra valía como profesionales del diseño. Sentarse delante de una pantalla sin unos fundamentos básicos de comunicación visual solo sirve para dilapidar nuestro tiempo y, quizá, el de quien haya confiado en nosotros. Punto, línea, plano, geometría, sección áurea, módulos, composición, formato y proporción, equilibrio, simetría, asimetría, dos reglas de composición, ubicaciones de una imagen, tensión… y decenas de cuestiones que clarifican y habilitan a un buen diseñador. Este manual se basa en la presentación de los principios fundamentales del diseño gráfico. Las herramientas procedimentales y conceptuales no caducan y son el inexcusable conocimiento que se debe adquirir para enfrentarse al ejercicio de la profesión. Las reglas, por supuesto, están para que las podamos romper de vez en cuando, pero no nos podemos permitir desconocerlas.