Sombra de Sun Yat-sen, La
La increíble historia del hombre que derribó el imperio chino e instauró la república
La sombra de Sun Yat-sen es una caja china. Una historia dentro de otra historia, dentro de una nueva y distinta… En sus páginas conoceremos la vida de Sun Yixian o Sun Yat-sen (1866-1925), el hombre que transformó el imperio chino en una república. Hijo de campesinos emigrado a Hawai, donde se impregnó de racionalismo y abrazó la fe en el progreso científico, se graduó en Medicina, se convirtió al cristianismo y terminó exiliado en Hong Kong, Japón, Indochina y Estados Unidos, sin renunciar a instigar intentos de insurrección en su China natal. El doctor Yat-sen fundaría Tung Meng Hui, que se impuso como el mayor partido revolucionario chino, así como el periódico Min Pao, de gran influencia entre los intelectuales y diseñó las líneas fundamentales de su programa revolucionario, que se convertirían en Los tres principios del pueblo. En su concepción del mundo, las necesidades materiales de la gente tenían un papel decisivo y, por tanto, daba una importancia prioritaria a la transformación política y económica de las arcaicas estructuras sociales chinas. Una novela que recorre la azarosa y fructífera existencia del hombre que luchó por convertir China en un estado moderno en el que sus habitantes gozaran de prosperidad y bienestar. Una historia de aprendizaje de las costumbres de un pueblo milenario, que el lector seguirá con avidez a través del relato de uno de sus mejores amigos: el norteamericano Oliver Laurent. «Guarch ha escrito una obra formidable, no se la pierdan». Anika entre libros «Un libro tan necesario, mágico y misterioso como esclarecedor para comprender la China actual a través de una figura imprescindible llena de aristas». Javier Ors, La Razón.
Mercenario, El
“Un fascinante relato épico del gran maestro de la novela histórica”. David Petraeus
Jerusalén y el desierto del Sinaí, siglo I d. C., una zona que vive tiempos convulsos tras la crucifixión de Cristo. Los agentes de Roma han recibido información sobre un peregrino que lleva un mensaje subversivo escrito por un fanático religioso a los insurrectos de Corinto. El contenido de ese mensaje podría hacer caer al Imperio. Los romanos contratan a Telamón de Arcadia, un legionario retirado que se gana la vida alquilando sus armas al mejor postor, para que intercepte el mensaje y capture a su portador. Telamón es un hombre solitario que se rige por sus propias reglas; un oscuro código de conducta donde no hay lugar para ideales ni causas nobles. Pero, al atrapar a su presa, sucederá algo que ni él ni los servidores del Imperio podrían haber previsto. Steven Pressfield, autor de éxitos como Puertas de Fuego, Vientos de guerra y La leyenda de Bagger Vance (llevada al cine), regresa con una apasionante saga de rebelión y conquista, derramamientos de sangre y fe.
Roma eterna
La caída de Roma I (375 d.C. al 383 d. C.) El ocaso del Imperio de la Luz a la barbarie
«Casi nada persiste y muy cerca está el abismo infinito del futuro en el que todo se desvanece».
Marco Aurelio. Nadie podía intuir que aquellos acontecimientos significarían el ocaso de Roma en un futuro tan inmediato. En el año 375 d.C., los hunos irrumpen al norte del Mar Negro, masacran a los alanos, destruyen a los ostrogodos y derrotan a los visigodos encabezados por Atanarico. El resto de los visigodos, liderados por Alavivo y Fritigerno, temiendo por sus vidas, piden autorización para atravesar el Danubio e instalarse dentro de las fronteras del Imperio como federados. Aquella decisión significó el principio del fin. Lucio Caro Preto se alista en el ejército imperial de Oriente y a través de sus ojos iremos conociendo la historia. A través de Róderic, conoceremos como viven esa misma historia los godos y sabremos de los hunos que pronto serán los grandes protagonistas. El final de esta novela reserva una sorpresa que el lector no espera. Roma Eterna es la primera entrega de una trilogía titulada La Caída de Roma, dirigida a aquellos que se sienten apasionados por la novela, la historia, muy en especial por la historia de Roma, y que esperan siempre algo nuevo y diferente. «Los romanos de antes de la caída estaban igual de seguros que nosotros de que su mundo permanecería para siempre esencialmente inalterado». Bryan Ward-Perkins. «La historia no es más que el registro de los crímenes, locuras e infortunios de la humanidad». Edward Gibbon. «Lo que de verdad sorprende no es la caída de Roma, sino que perdurara tanto tiempo». Edward Gibbon. «Los hunos derramaron tanta sangre que era imposible contar los muertos».
Calínico. «Cuando se está en medio de los adversarios, ya es tarde para ser cauto».
Lucio Anneo Séneca.