Historia del fascismo

La obra fundamental sobre el origen, expansión y caída del movimiento fascista en el siglo XX

El atractivo estético del fascismo italiano llegó a asimilarlo a las vanguardias de principios del siglo XX. Como todo nacionalismo, fue vivido por sus seguidores como una religión secular, procedente del socialismo izquierdista, pero a la vez con claros antecedentes derechistas. El estudio del fascismo, de su estética, de su lenguaje, de su poder de sugestión, no ha perdido actualidad y sigue atrayendo el interés de numerosos historiadores. Hablar con propiedad del fascismo exige conocer sus orígenes intelectuales y políticos. El auge del fascismo no llegaría a entenderse sin saber por qué Benito Mussolini acumuló tal número de seguidores y cómo supo aprovechar el descontento de todo un país con una potente mezcla de nacionalismo y populismo. Giovanni Giolitti, de la Unión Liberal y primer ministro en 1922, se encargó de hacer el resto: su debilidad política y su desacertado juicio acerca de las intenciones de Mussolini, permitieron a éste la toma del poder. Sus mejores herramientas: la inestabilidad política de la Italia de posguerra; su discurso de unidad nacional; el hábil manejo de la propaganda, el deporte y la cultura; la utilización del mito de la mujer-madre como símbolo de seguridad e impulsora de la regeneración del país; y la apelación a los jóvenes como valerosos forjadores de una Nueva Italia. Cuando el Partito Nazionale Fascista llega al poder, aquellos jóvenes, tan movidos por las ideas de valentía y coraje, creerán haber sido los hacedores de la Nueva Italia, una nueva Roma.
La presente obra profundiza en la estructura interna del partido –que acaba identificándose con el Estado–, en su política internacional y en su pretendida vocación de imperio. El autor recuerda que el fascismo fue un fenómeno con rápida repercusión internacional y el surgimiento de grupos miméticos en Europa, América y Asia.

Nuevos fascismos, Los

Manipular el resentimiento

Para desentrañar las causas políticas, culturales y psicológicas del resentimiento y su evolución contemporánea, Alberto González Pascual analiza el trumpismo y el islamofascismo, así como la persistencia en nuestro tiempo del nacionalismo, el racismo y el antisemitismo. Revisita las propagandas de Mussolini y Hitler, y sus ecos resucitados que colean en el presente. Profundiza en los efectos ambivalentes que tuvo el juicio de Auschwitz y en los rasgos del virus eclosionado durante la Guerra de los Balcanes. Y descubre sin tapujos la ligazón arcaica que las estructuras familiares producen no solamente sobre el psiquismo de la persona, sino también sobre los impulsos políticos que esta adopta por su influencia y con los que después funciona en los diferentes ámbitos de la sociedad. El fascismo está en plena forma. No es un fantasma del pasado, sino un fantasma eterno. Es una paradoja que la tecnología que propició la primera gran revolución industrial fuera el medio en el que varios millones de seres humanos fueran conducidos, desde todos los rincones de Europa, hacia campos de exterminio como el de Auschwitz, durante la Segunda Guerra Mundial. Steven Spielberg utilizó los primeros fotogramas de La lista de Schindler para evocar esa locura: la racionalidad de la técnica y el poder del progreso histórico puestos al servicio del mal.