Pioneras

Mujeres en la Conquista de América

El descubrimiento de las Indias occidentales fue iniciado por hombres y relatado también por ellos. Sin embargo, ya en el segundo viaje de Colón se embarcaron mujeres para formar cuanto antes el tejido social necesario desde donde empezar a construir la España de Ultramar. El decidido impulso de Isabel la Católica, el alma del Descubrimiento, la coloca en primera posición de esta larga lista de mujeres que fueron la avanzadilla española en aquellos lejanos territorios. No fueron pocas las que llegaron a aquellas tierras salvajes e inhóspitas, ni pocas las que tuvieron un papel relevante en la conquista y la forja del Nuevo Mundo, demostrando que quien tiene la voluntad, tiene la fuerza. Hubo mujeres que ejercieron con talento la política, el poder y la diplomacia para que los lazos establecidos entre los naturales y los españoles llegaran a transcender mucho más que sus propias vidas. Otras muchas dieron lecciones de valentía como Mencía de los Nidos que no sólo se negó a abandonar su hogar, sino que bizarramente se quedó a defender la población: «Señor General, si vuestra merced desea retirarse por provecho personal, váyase en buena hora; pero deje siquiera que las mujeres defendamos nuestras casas y no nos obligue a solicitar asilo en las ajenas». Este libro está lleno de nombres propios de mujeres que hicieron historia sin amilanarse (atemorizarse) ante las circunstancias duras y adversas. Mujeres españolas, pero también indígenas y luego mestizas, que salen a luz en esta obra histórica donde se cuenta de manera magistral la conquista desde el lado femenino tantas veces eclipsado. Y junto a ellas, también hubo miles de mujeres anónimas que hicieron su parte, ¡Este libro va por todas ellas, por las más famosas y también por todas las desconocidas!

Cabeza de Vaca

Tras las huellas del Ulises del Nuevo Mundo

Los navegantes de la Antigüedad creían que se convierte en inmortal quien sobrevive a tres naufragios. En el siglo XVI, Álvar Núñez Cabeza de Vaca superó esa cifra mágica en sus exploraciones por las costas de Cuba y el Golfo de México. Sobrevivió a tantos huracanes y a tantas asechanzas humanas que mereció, si no alcanzar la inmortalidad, al menos perdurar en sus lectores. Pero no todos han reflejado imágenes fieles de su persona y de su obra. Argonauta, náufrago esforzado, trotamundos, Álvar Núñez Cabeza de Vaca amaba tanto las tradiciones caballerescas que creó una nueva: el conquistador conquistado que, tras haber sufrido en sus propias carnes la esclavitud, se ganó la amistad de varias tribus indias. Su caso, aunque extremo, nada tiene de raro contra lo que pregonan quienes reducen la exploración y colonización del Nuevo Mundo a la galería de retratos de los conquistadores que consiguieron el poder y la gloria. Diez años tardó Ulises en volver de Troya a Ítaca. También Cabeza de Vaca pasó diez años de naufragios, esclavitud y hambrunas desde que se embarcó en Sanlúcar de Barrameda en junio de 1527 hasta que arribó a la Península por el puerto de Lisboa en agosto de 1537. Pero el Ulises del Nuevo Mundo invirtió el orden de sus desventuras. A los tres años de regresar a España de su odisea en la América boreal, partió hacia la austral, donde viviría su desastrosa Ilíada como gobernador. Como no cabe esperar que Cabeza de Vaca vuelva a este mundo para desmentir a quienes han tergiversado sus escritos y desfigurado su persona, el autor de este libro recorrió junto con su mujer, la escritora Eloísa Gómez-Lucena, los lugares por donde malvivió en el sur de Estados Unidos y en el norte de México. Le guio el empeño de rescatar sus audacias, restaurar su imagen, precisar sus textos y fijar la ruta de sus infortunios. Esta es la sugestiva crónica de dicho viaje tras los pasos de un personaje irrepetible.