O’Hurley. En busca de su destino, Los
La última mujer honesta. Cuando el periodista Dylan Crosby llegó a la casa de Abigail O’Hurley para entrevistarla acerca de su difunto marido, un famoso corredor de coches de carreras, esperaba encontrar a una mujer fría y distante. En su lugar encontró una mujer sencilla y tierna. Pero él se negaba a creer que aquello fuera real… Danza de corazones. Maddy O’Hurley era optimista, vital y divertida… y fue poco a poco metiéndose en la vida y el maltrecho corazón de Reed Valentine. Maddy estaba segura de que con un poco de paciencia y mucho amor podría hacer que Reed se enamorara de ella. Sin embargo, él no estaba dispuesto a arriesgarse… Bajo la piel. A pesar de que un «admirador» obsesionado estaba acosándola, Chantel O’Hurley no quería que ningún detective privado le dijera lo que tenía que hacer. A su vez, a Quinn Doran lo irritaba hacer de niñera de una estrella consentida. Pero solo un vistazo a la distante rubia le indicó lo fácil que resultaría obsesionarse con una mujer como Chantel… Tras sus pasos. A Gillian Fitzpatrick le habían dicho que Trace O’Hurley era el mejor para encontrar a su hermano, desaparecido en México. Pero cuando lo conoció, su impresión no pudo ser más negativa: era un hombre rudo, desaliñado y desagradable. Sin embargo, cuando lo miró a los ojos, se dio cuenta de que Trace era un hombre muy capaz y peligroso….
Corazones irlandeses
Fueron a América en busca de su destino y descubrieron el amor
Fuego irlandés. El fuerte temperamento de Adelia Cunnane había prendido una llama en el corazón de Travis Grant. Ahora, el orgulloso y poderoso propietario del rancho Royal Meadows había decidido domar a esta fogosa irlandesa… y hacerla suya. Rosa irlandesa. La bella y audaz Erin McKinnon aceptó la proposición de matrimonio de Burke Logan y su fría promesa de seguridad y riqueza. Pero ¿podría esta encantadora rosa irlandesa conquistar el corazón de su insensible marido? Rebelde irlandés. Ella era prácticamente una princesa, él tan solo un entrenador de caballos de carreras. Pero Brian Donnelly acababa de llegar a los Estados Unidos, donde incluso podría aspirar a conquistar a la bellísima Keeley Grant. Su riqueza y posición social no disuadieron a Brian de su objetivo… ¡aunque fue la inocencia que ella le ofrecía lo que sedujo al rebelde irlandés!