Parásitos

Los actores secundarios en nuestra historia

Explorando las profundidades de la relación entre el ser humano y los organismos que desafían nuestra salud, José Antonio Garrido y Concha Mesa presentan en Parásitos una obra rigurosa y que nos adentra en el fascinante mundo de estas criaturas invisibles, pero omnipresentes. En estas páginas, los autores nos sumergen en un detallado estudio de las enfermedades provocadas por ellos, como el tifus o la malaria, de los parásitos presentes en la comida que consumimos a diario, en los riesgos que pueden suponer para nuestras mascotas y en el origen mismo de estos organismos. Una obra imprescindible para comprender la complejidad de estas criaturas y su impacto en nuestras vidas y en el desarrollo de la especie humana tal y como la conocemos. «En este libro, de la mano de Concha y de José Antonio, nos adentramos en el apasionante mundo de estos grandes desconocidos —como ellos mismos los llaman— para entender que, pese a todas las penurias que pueden causar en la Tierra —pensemos, sin ir más lejos, en la malaria— sería imposible imaginar un mundo en el que los parásitos no estuvieran presentes. Y no es que pertenezcan exclusivamente al mundo de lo invisible a nuestros ojos. Existen parásitos, como las tenias, que pueden llegar a alcanzar varios metros de longitud u otros, como los piojos, con los que el Hombre —con mayúsculas de especie— sabe que convive casi desde que tiene consciencia de sí mismo. En su conjunto, los parásitos conforman un mundo que los autores de este libro nos muestran con pasión y profesionalidad». José Antonio López Guerrero, Catedrático de Microbiología de la UAM y prologuista

Maldición de Tutankamón y otras historias de la Microbiología, La

El 26 de noviembre de 1922 se abrió la tumba de Tutankamón en presencia de Howard Carter y varios miembros de la familia de lord Carnarvon, mecenas de la excavación. Pocos meses después se sucedieron una serie de muertes en circunstancias inexplicables de personas vinculadas a la exhumación de la tumba. Estos extraños acontecimientos avivaron la imaginación de la prensa, que transmitió la idea de que las extrañas muertes eran consecuencia de la profanación de la tumba de Tutankamón. La inflamable creencia de que las muertes eran debidas a un poder mágico inexplicable, prendió con facilidad y se extendió rápido en la sociedad. La propagación fue alentada por ilustres personajes públicos como Arthur Conan Doyle que, a pesar de ser el creador del racional detective Sherlock Holmes, era un fervoroso creyente de toda clase de sucesos fantasmagóricos. Había nacido la «maldición del faraón» o «maldición de Tutankamón». Pero ¿cuál fue en realidad la causa de muchas de las muertes? La capacidad de los microorganismos para influir en el desarrollo de la humanidad ha sido rotunda y en ocasiones estrepitosa. Han derrotado a reyes y faraones. Han diezmado ejércitos y asolado naciones. Han sido temidos y, sin embargo, algunos de ellos han salvado millones de vidas. Han plagado la historia de anécdotas, chascarrillos, encuentros y desencuentros, giros inesperados, confusiones, enigmas y desconciertos que merecen la pena conocer. En esta obra se recogen algunos de los episodios más relevantes y curiosos en los que estos pequeños seres han intervenido. ¿Cuál fue el caso de los vampiros de Rhode Island? ¿Quién fue la heroína conocida como la Dama de la Lámpara? ¿Cómo se puede gobernar un país que tiene doscientas cuarenta y seis variedades de queso? ¿Quién mató a Mary Ann Nichols? El adiós al Titanic, la enfermedad del legionario, las brujas de Salem, la bacteria que viajó al centro de la Tierra… y otras asombrosas historias repletas de curiosidades, ciencia y muchos microorganismos.

Penicilina que salvó a Hitler, La

Y otras historias de la microbiología

El 20 de julio de 1944, Adolf Hitler sufrió un atentado con bomba orquestado por conspiradores civiles y militares que era parte de la conocida como Operación Valquiria. Hitler sobrevivió, pero sufrió cortes en la frente, abrasiones y quemaduras e incluso ampollas en brazos y piernas, algunas de las cuales fueron invadidas por astillas de madera que eran especialmente preocupantes porque podían originar un proceso septicémico. Los médicos temieron por la vida del Führer y administraron penicilina para evitar las infecciones, pero ¿de dónde obtuvieron los alemanes el antibiótico? Década tras década, los microbios han desempeñado papeles esenciales en importantes episodios de la historia, ya sea en la literatura, en la pintura, en la ciencia, en la política o en otras muchas facetas de nuestra existencia. ¿Quién salvó a Hitler?, ¿cómo transcurrió el rodaje de La reina de África? ¿qué relación tienen Sherlock Holmes y la microbiología?, las trampas de los antivacunas, la inmortalidad de Henrietta Lacks, el incidente Cutter, las peripecias de Hemingway… y otras asombrosas historias repletas de curiosidades, ciencia y muchos, muchos, microorganismos.

Historia de las bacterias patógenas

«El peligro que tienen las enfermedades infecciosas no se ha ido. Está empeorando. Aunque no sabemos dónde aparecerá el nuevo virus o la nueva bacteria, es seguro que habrá nuevos brotes». Robert Shope, epidemiólogo. De la mano del autor de Superbacterias emprendemos un colosal viaje a la historia de la lucha contra el mayor enemigo de la humanidad: las bacterias patógenas. Las bacterias estaban aquí mucho antes de que los seres humanos poblarán la Tierra, y seguirán con sus minúsculos asuntos cuando nos hayamos extinguido. Desde hace más de 10.000 años, muchos de estos microorganismos han castigado a nuestra especie con un sin fin de enfermedades infecciosas —peste, sífilis, lepra, tifus, cólera, tuberculosis…—, que en algunos casos diezmaron seriamente las sociedades que construimos. Hemos intentado combatirlas de la mejor manera que sabíamos; pero la Microbiología no vino al rescate de la humanidad hasta bien entrado el siglo XIX; así que hemos pasado en torno al 99% de nuestro tiempo sobre el planeta combatiendo con magia algo que no veíamos, un enemigo invisible y ponzoñoso que nos hacía enfermar. Afortunadamente, el conocimiento humano que llegó de la mano de brillantes colosos como van Leeuwenhoek, Snow, Pasteur, Metchnikoff, Lister, Koch o Fleming, permitió el esclarecimiento de uno de los misterios que había atemorizado a la humanidad desde sus orígenes. ¿Quién era el asesino silencioso que aniquilaba a mujeres, hombres y niños de todas las razas y religiones?