Condición vulnerable, La

Ensayo de filosofía literaria II. Traducción de Marta Rebón

La vida humana no puede eludir los conflictos, las rupturas o las incongruencias. Los momentos en los que todo encaja, los instantes solemnes en los que el orden reina, no dejan de ser oasis efímeros que se desmoronan como castillos de arena en la playa. Convertidos en problemas por nosotros mismos, nos formulamos preguntas que nunca podremos responder, pero tampoco podemos dejar de formulárnoslas. Vivimos en un mundo donde el mal, el sufrimiento y la indiferencia están obsesivamente presentes. Nuestra vida no puede esquivar la comedia ni la tragedia. La condición humana es vulnerable, porque los rostros de la finitud son ineludibles. La muerte, la crueldad, el sufrimiento y la pérdida son el sinsentido radical, y cualquier intento de superar este absurdo y de encontrarle una justificación es obsceno. La vulnerabilidad está ligada a una identidad nunca fijada del todo que se construye dentro de un universo de máscaras como el que es, en definitiva, el baile de la existencia.

Contra los absolutos

Conversaciones con Ignasi Moreta

Joan-Carles Mèlich es una de las voces más singulares del pensamiento catalán de hoy por la originalidad y el rigor de sus análisis y por la forma en que los transmite. Mèlich es un filósofo, pero también un escritor: despliega la misma pasión al desarrollar una idea que al exponerla a través de la palabra. Cuando expresa su pensamiento, prefiere el fragmento que el sistema, el ensayo que el tratado, la prosa que la metafísica. Porque valora la estética de un texto. Porque no desliga la emoción del conocimiento. Porque hace filosofía en diálogo con la tradición literaria tanto o más que con la filosofía académica. Las ideas, las intuiciones, las indagaciones de un pensador, tienen su origen en la biografía. La obra de Mèlich publicada hasta hoy no contiene demasiados elementos autorreferenciales que permitan insertar sus aportaciones dentro de una determinada trayectoria biográfica. Esto es lo que permite hacer fácilmente el género de las conversaciones. ¿Por qué Joan-Carles Mèlich estudió filosofía? ¿Qué profesores lo marcaron? ¿De dónde sale su investigación sobre la finitud, su distinción entre moral y ética, su valoración sorprendentemente positiva de la noción de mala conciencia? ¿Cómo lee? ¿Cómo escribe? ¿Cómo imparte docencia? En definitiva, ¿en qué cree y en qué no? ¿Por qué su crítica constante a la metafísica y a los absolutos?