Corazón de pájaro

Nana nació en una isla, al lado de la mar, y hacía preguntas que nadie sabía responder. Sus ojos veían más, y Nana tenía que escribirlo, para que no se le escapase como la arena entre los dedos. Un cuento bellísimo sobre el nacimiento de la poesía y del amor. Nana aprende a escuchar el diálogo de las piedras con las olas y a coleccionar pequeños tesoros que va encontrando en la playa. Un día la maestra le dice que todos aquellos tesoros que ella guarda y todo lo que siente, todo eso se llama poesía. Nana quiere más poesía, por eso va en busca de los poetas, pero en la ciudad no los sabe encontrar. Suerte de las cartas que se escribe con Martín, el hijo del panadero, que se había quedado en la isla. La vida hará que Nana descubra la poesía el amor.

Bajo las piedras

Cuando te paras a mirar el campo, lo ves vibrar con una vida que sabe moverse rápida como un rayo, pero también demorarse en esperas interminables. Un canto a los pequeños detalles y a las maravillas de la naturaleza. En el campo, los abuelos trabajan de sol a sol. La pequeña lo va mirando todo con atención y curiosidad, a la vez que se esfuerza en entender la naturaleza con su imaginación. Los poemas, llenos de inocencia, nos hablan del debate de las ranas, del sentido de la orientación de los jabalíes, del banquete de las babosas o de la magia de las luciérnagas. Sin embargo, no falta realismo, como el día que pierden las vacas o que una comadreja entre en el corral. Una mirada fresca a los fenómenos de la naturaleza y una invitación a detenernos y contemplar.