Nací en Barcelona, aunque desde pequeña he vivido en Granada. Mi abuelo me enseñó a dibujar y a observar el mundo. Ya con cuatro años, le pregunté a mi madre si al paisaje que teníamos enfrente le habían dado una veladura (se ve que había niebla). Crecí churreteando en su estudio y viendo cómo pintaba. Así que estudiar Bellas Artes nunca me pareció una opción, sino una necesidad. Después del doctorado seguí estudiando, esta vez Comunicación Audiovisual. Parece que esto de aprender no se acaba nunca. Desde hace diez años vivo en Italia, y la pintura ha dejado paso a la ilustración, un trabajo apasionante que absorbe mis pensamientos y esfuerzos y que me está dando grandes satisfacciones. Me encantan los animales y disfruto dibujándolos. Siempre se cuelan en mis libros, con permiso… o sin él.